Para minorizar el impacto emocional, el estrés, el miedo, la frustración...es primordial entender este tiempo como "una oportunidad" para intensificar nuestra relación con los hijos, reforzar los vínculos y aprovechar para enseñarles cosas que antes no teníamos tiempo. No había tiempo de formar personas. Lo importante eran los contenidos de lengua, mates...No teníamos tiempo para enseñarles a ser autónomos, aprender a vestirse solos, asearse y organizarse en la vida diaria.
Ahora tenemos la "oportunidad", dediquemos un tiempo cada mañana para enseñar a que se vista y asee solo. Ahora no hay prisas, no vamos a ninguna parte.
Enseñémosle a organizarse, organizar sus tareas, a ser independiente, a ser persona. Establezcamos un horario de rutinas y hagamos que lo siga él solo.
Enseñémosle a escuchar, mirar a los ojos de quien le habla, dialoguemos con ellos practicando las normas del intercambio comunicativo.
Enseñémosle a manejar el estrés practicando juntos técnicas de relajación, ya sea meditación, yoga...o simplemente respirar adecuadamente cosa que a veces se nos olvida a todos.
Enseñémosle a reconocer sus emociones porque sólo así podrá autorregular su conducta y ser una persona sana emocionalmente.
En definitiva, se trata de formar personas válidas porque eso es lo que realmente aumenta su autoestima y contribuye a mantener un buen estado emocional. Reforzando nuestros lazos familiares, también estamos ayudando a la salud mental de nuestros hijos para hoy y en el futuro.
Plantearse el objetivo de enseñar a vuestros hijos a ser felices.De esta manera, al final del confinamiento podréis salir con la sensación de haber hecho algo importante. Los contenidos escolares, siguen teniendo importancia pero de forma secundaria porque eso seguirá adquiriéndose cuando volvamos a la "normalidad".
Y ¿qué es la normalidad? acaso no es normal tener tiempo para disfrutar en familia y hacer lo que antes no podíamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario